Por Lisa Meltzer, Ph.D., CBSM
Los niños en edad preescolar nunca quieren irse a la cama. ¿Qué niño quiere dejar de jugar o perderse toda la diversión que cree que está teniendo por irse a dormir? Además, los niños pequeños quieren hacerlo todo solos. Es por eso, que la hora de acostarse puede convertirse en una batalla, especialmente cuando tanto los padres como los niños están cansados. Aquí tienes algunas sugerencias para que la hora de acostarse sea mejor para todos.
Acostarse a la misma hora todos los días es una de las cosas más importantes que puedes hacer para mejorar la calidad del sueño de tu hijo. Si retrasas la hora de acostarse, tu hijo puede estar demasiado cansado y de mal humor, o bien hiperactivo y distraído. En cualquier caso, tu hijo no querrá irse a la cama. Tener una hora de acostarse consistente mantiene el reloj interno de tu hijo en su horario, ayudándole a conciliar el sueño fácilmente.
Aunque parezca tentador dejar que tu hijo se quede despierto hasta tarde los fines de semana, debes saber que probablemente no dormirá más tarde por la mañana. Esto significa que tanto el niño como tú se despertarán cansados, lo que provocará un día de mal humor.
Las rutinas a la hora de dormir son esenciales para ayudar a nuestro cuerpo a prepararse para el sueño. Los aparatos tecnológicos pueden apagarse con sólo pulsar un botón. Pero nuestros cuerpos y mentes tienen interruptores más débiles y necesitan tiempo para relajarse.
Las rutinas para irse a la cama deben ser cortas(no más de 20 a 30 minutos), incluir las mismas actividades en el mismo orden, y siempre dirigirse hacia un ambiente de sueño para el niño. Por ejemplo, tu hijo podría comer un último bocadillo, lavarse los dientes e ir al baño, ponerse el pijama y meterse en la cama para escuchar un último cuento o una canción.
Si tu hijo tiene problemas con las transiciones o se resiste a la rutina de acostarse, crea un cuadro con imágenes que muestre cada paso de la rutina. Haz que tu hijo ponga en marcha un cronómetro en tu teléfono para cada paso y vean si consiguen completarlo antes de que suene el cronómetro. También puedes darle pegatinas o estrellas cuando complete cada paso.
Los niños pequeños quieren ser independientes, y esto significa que quieren tener el control. Así que ofréceles opciones marcadas para ayudarles a sentir que tienen el control. Las opciones marcadas son una elección entre dos cosas con las que estás de acuerdo. Por ejemplo, ¿quieres usar el cepillo de dientes rojo o el verde? Ten cuidado de no hacer una pregunta de sí o no. Si le preguntas "¿quieres lavarte los dientes?", la respuesta siempre será no.
Los niños en edad preescolar tienen una imaginación maravillosa. A esta edad, la imaginación del niño se desata, lo que da lugar a partes nuevas y positivas de su desarrollo, pero también a algunos miedos nuevos. Esto puede significar que se preocupen por los monstruos (u otras cosas que den miedo) a la hora de dormir. Decirle que los monstruos no son reales podría no funcionar, ya que en su mente los monstruos son reales. Si los miedos perturban el sueño de tu hijo, considera la posibilidad de darle una botella de agua con la etiqueta "Spray para monstruos" (o spray para brujas, o spray para payasos). Dile a tu hijo que los monstruos son alérgicos al spray, y que si se acercan demasiado empezarán a estornudar. Así que los monstruos se mantendrán alejados. Luego, deja que lo rocíe por toda la habitación para protegerse.
Para los niños que no quieren meterse en la cama o dormirse, invita al Hada del Sueño a que los visite. Puedes decirle a tu hijo que el Hada del Sueño es una amiga del Hada de los Dientes. Cuando tu hijo se duerma, el Hada del Sueño le traerá un pequeño premio (por ejemplo, una pegatina) y lo dejará debajo de la almohada. Dile que el hada vendrá todas las noches durante dos semanas (para crear expectativas), y luego no se sabe cuándo volverá ( para que así siga adivinando). Muchos padres han comprobado que las visitas del Hada del Sueño hacen que los niños quieran ir a la cama y se duerman más fácilmente.
Muchos niños en edad preescolar siguen necesitando la siesta, y eso está bien. Pero a esta edad, las siestas pueden dificultar la conciliación del sueño a la hora de acostarse. Si tu hijo se echa una siesta y nunca se duerme antes de una hora determinada por la noche, presta atención a la hora a la que lo acuestas. Por ejemplo, si tu hijo nunca duerme antes de las 21:00 los días que duerme la siesta, acostarlo a las 19:30 significa que habrá un conflicto seguro a la hora de dormir. En los días de siesta, es posible que tengas que acercar la hora de acostarlo a las 20:30. También puedes considerar la posibilidad de acortar las siestas (¡aunque se que despertar a los niños de una siesta no es divertido!).
Espero que esto ayude, y les deseo sueños placenteros.
Traducido por Jennifer Cajina Grigsby.
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